La ventana al mar de Ensenada

Caminar es una gran actividad física que además es considerada dentro de los mejores ejercicios para mantener una buena salud. Cabe mencionar que no hay mejor manera de conocer una ciudad sin que se te pasen los detalles que pueden mostrarte la verdadera cara de un lugar. 

Definitivamente de los lugares más emblemáticos para salir a pasear en la ciudad, aprovechar el día y que no sea necesario invertir mucho dinero, es caminar por la ventana al mar del puerto de Ensenada. 

Ubicado sobre Blvd. Costero, es un sitio fantástico para disfrutar en familia, amigos o pareja. 

La entrada principal es por la concha acústica o concha musical, el sitio donde se realizan muchos eventos musicales gratuitos, también podrán encontrar varios puestos de madera donde venden alimentos y bebidas sin alcohol.

Podrán ver la bandera de México en todo su gran esplendor erguida en el asta y es enorme. Aunque a veces si las condiciones del clima no son las ideales o por algún evento especial podría no estar. 

En este punto pueden dirigirse hacia las letras de Ensenada y tomarse una memorable foto con el mar y algún crucero o un buque de contenedores detrás de ustedes, ya que Ensenada es el tercer puerto más visitado por líneas de cruceros y el quinto más importante en arribo de buques de contenedores a nivel nacional. Si está haciendo calor, tendremos las fuentes prendidas en distintos horarios amenizadas con música variada y de noche iluminadas por luces de colores.

Si se dirigen a los muelles, podrán observar astilleros trabajando en mantenimiento y reparación de barcos de pesca deportiva, veleros y yates.  

Más adelante, les ofrecerán paseos por la bahía en barco, comer en restaurantes, venta de “curios” y al llegar al fondo podran encontrar el “Mercado Negro”, que es el primer mercado de pescados y mariscos de la ciudad. Aquí justo es donde uno puede observar en ciertas horas del día varias pangas que llegan de los cultivos de conchas de mar o pescadores que alegres o tristes salen de Ensenada a buscar las piezas preciadas.

No se asusten si se escucha el ladrido de los lobos marinos que son los habitantes más originales del puerto y tal vez conozcas al que desde nuestra infancia llamamos “Pancho”, de seguro te enamorarás de su gran personalidad.

Justo fuera del bullicio de los vendedores de pescados y mariscos del mercado, al final del malecón, encontrarán el monumento al pescador donde podrán terminar su paseo y tomarse una foto del recuerdo del puerto que aunque se despida, siempre espera los regresos.